Pasadas las 22 horas brillaron en el escenario la banda con su característico vestuario.
Su lista arrancó con "Rebelión de esclavos técnicos" que con gran potencia dio el recibimiento a todos los espectadores presentes en el nuevo Tribus Club de Arte de Santa Fe.
El conjunto llego a su primer álbum homónimo para acarrear "Orquesta en descomposición" que avivó el agite del publico local. Seguido por otro tema que forma parte del Cd nos referimos a "Quise ser más" que puso a danzar a los seguidores.
La fusión de la música más el arte que resplandeció en las pantallas llevaron a convertir el show en un verdadero viaje ancestral. Y esto se vio reflejado con las canciones "En el infinito" y "Chaplin" que tuvo a Gustavo Cortes, vocalista, cerca del vallado, teniendo plena conexión con los espectadores.
Posteriormente la agrupación llegó a su último trabajo discográfico titulado La Promesa de Thamar del mismo sacaron "Girasoles" y "Antonia", que tuvo las voces de los fanáticos como coro de sus nuevas composiciones. Las propias canciones forman parte del tercer Cd de la banda presentado en 2016 y que tuvo, en el caso de Antonia, el privilegio de formar parte de las nominaciones de los premios Grammy mejor canción alternativa. Mientras que el disco formó parte de la grilla de nominaciones a mejor álbum de Rock Alternativo.
Nuevamente regresaron al primer Cd para interpretar uno de los temas más emotivos del mismo denominado "Resistencia Indígena". Por medio de una base de bass imponente de la mano de Juanjo Casals hizo su descenso "Escalera y Barco" de Aquelarre (2013).
La banda esta pronto a cumplir 21 años y la trayectoria misma sigue construyendo lazos con nuevos espectadores. Si bien este show fue jugando de local la cantidad de fanáticos que llegaron desde diferentes localidades y provincias se hizo denotar. Como por ejemplo: Entre Ríos y Córdoba.
Las fibras más intimas fueron rosadas con el tema "Pensando" que transmitió la emoción arriba y abajo del escenario. Puesto que la construcción de la melodía con el arte escénico han logrado amalgamar una fantasía decorosa.
El show se encontró en su punto máximo y la sonoridad reventó acompañado de la locura con el desembarco de dos grandes temas. Primero el hit de la banda "Feliz" que tuvo un final de lujo con el solo de guitarra de Nicolas Gonzalez. Proseguido por detrás por "Tamaté" que puso a bailar a todos concurrentes y que contó con el agite de Ricardo Cortes a pleno en la percusión.
Con un publico participativo durante todo el recital el mismo fue concluyendo con una dicotomía de
canciones de los dos álbumes. Comenzando con "Arquelin" del Cd La Promesa de Thamar. Escoltado por dos clásicos lucidos en el primer material. Uno de ellos "Severino di Giovanni" y el broche de oro con "Matata" que exaltó la manía litoraleña y un vocalista espléndido con su expresividad.
Esta banda ha creado un camino largo durante sus veinteaños para poder gestarse en el ámbito nacional. Llevando a ser una conquista desde lo musical como así mismo escénica. A partir de su trabajo independiente y autogestionado desde 1997.
La experiencia durante el show es única donde se transitan todos los estados de ánimos. Y que vale destacar no hubo dialogo entre el artista y el espectador como ocurre en la mayoría de shows. La única de comunicación fue la propia música.
Es uno de los referentes de la Ciudad de Santa Fe y pilares fundamentales en el reggae litoraleño.
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